En vano es tu poderío, Clarín, si sólo lo usás para desperdigar, desde tu portal, la ignorancia que otros siembran y la cultura chatarra que se reproduce en la basura y nos acecha desde las ventanas. La visión de la importancia de los medios de comunicación en la educación y la sociedad se te ha de haber nublado con los billetes que, en su escote, te acercó alguna vedette de pacotilla.
Y resulta que el banal, el insustancial, es Twitter...
corregís o corrigis?
ResponderEliminarCorregís. Muchas gracias por corregirme. Ya está corregido. Saludos.
ResponderEliminarEsto es lo que se pierde Clarín por haber deshabilitado los comentarios en las notas: el feedback.
ResponderEliminarLos correctores duermen en sus laureles.
ResponderEliminarDoña Shiru, ud no perdona ninguna! Jaja.
Neto: tengo más bien la sensación de que los correctores están comiendo arroz todo el mes después de que los enviaran de regreso a sus casas con un telegrama bajo el brazo.
ResponderEliminar¿Para qué perdonar si es más divertido mirar la virulana del ojo ajeno? Además, es un interesante ejercicio literario :)
(bueno, le confieso: detrás de este blog hay, en verdad, un ejército de correctores que quieren recuperar su trabajo. estamos sublevando a la gente para que invada las redacciones de los diarios con cartas implorando el regreso de los correctores. el resto de los posts es sólo para disimular)
Un beso
Una de dos, o logran regresar a sus puestos de trabajo o consiguen recopilar tanto material que publican un libro.
ResponderEliminarLa opción 2 es tentadora.
No es solo en Clarín...es también La Nación, los diarios digitales... a veces pienso que hay tanta información efímera que al día siguiente nadie va a leer, que ya no les importa. Todo da igual, lo de haoy mañana ya no existe.
ResponderEliminarBeso
Me parece una observación super sensata. Probablemente sea el fundamento del poco cuidado.
ResponderEliminarUn beso.