martes, 24 de marzo de 2009

Otro modo de decir ¡Nunca Más!

Pese a las críticas que hice al grupo de liberación de libros, aún sigo suscripta a la lista y participando esporádicamente, aunque no volví a las reuniones. Semanas atrás comenzaron a organizar una reunión para hoy, 24 de marzo, aprovechando que una cordobesa del foro vendría para Buenos Aires. No tardó mucho en aparecer el comentario de uno diciendo que no le parecía muy atinado reunirse en una fecha tan nefasta. Ni en surgir las respuestas de quienes le decían que separara los tantos de la historia de los de la actualidad. Entre todas las respuestas, una chica propuso que la reunión fuera temática: que se llevaran libros de escritores desaparecidos o de obras que se quisieron hacer desaparecer durante la dictadura, y que las charlas giraran alrededor de lo que fue esa época y de esos escritores que hoy no están por obra de los militares. En pocas palabras: una reunión por la memoria. De ahí a la liberación temática hubo un solo paso. Y a mí, francamente, la idea me pareció genial.

El mismo día de la propuesta revisé la biblioteca y saqué los libros que tenía almacenados y juntando polvo desde hacía más de diez años. Hoy los registré para liberarlos. Mañana los voy a dejar en el Laboratorio de idiomas de la facultad de Filosofía y Letras. No fui a la marcha, no fui a la reunión temática (aunque sospecho que habrán charlado más de Dexter que de Rodolfo Walsh). Mi granito de arena para desparramar la memoria, la cual considero fundamental para el nunca más, lo voy a aportar liberando el Nunca Más y Botín de Guerra, dos libros-documentos donde todo lo que se cuenta es en primera persona. La otra militancia, a la que creo que debemos sumarnos todos, está en hablar, charlar y discutir. Ya he hablado de eso. Hoy lo reitero porque creo que es vital para no caer nunca más en una época en que la incapacidad de entender al otro cueste una incalculable cantidad de vidas.

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