Detectar que eran argentinos no nos costó nada. Este trío impresentable venía eligiendo lugar a los gritos y a las puteadas.
La ciudad de la que partíamos era de habla alemana. La ciudad a la que íbamos, checa. Por esos lugares era muy difícil encontrar a alguien hablando español. Con esta particularidad, nuestros nuevos acompañantes estaban fascinados. No paraban de decir guarangadas, de agredir verbalmente a todos los que iban subiendo ni de agredirse entre ellos del modo más soez posible. Todo, claro está, a los gritos y con carcajadas, divirtiéndose sobremanera con que nadie entendiera que cuando decían "culo", significaba el culo de su idioma. Pero siempre hay peros. Y el pero ahí fuimos nosotros quienes, hasta que no nos involucraron, no hicimos más que avergonzarnos de la actitud adolescente y mediocre de estos coterráneos de cerca de 30 años de edad. Y no tuvieron mejor idea que meterse con nosotros, que tenemos pocos pájaros y mismo idioma.
De golpe mi asiento sufre una sacudida increíble. El jovenzuelo que estaba sentado detrás mío había descubierto que tenía bandeja para viaje y estaba jugando con ella con la clásica excitación de lo recién conocido. Nuestra reacción inmediata fue darnos vuelta los dos y quedarnos mirándolos. Y ahí empezó el diálogo entre ellos diciendo que la próxima nos escupían directo a la cabeza, que eran buenos apuntando... y etcéteras. Mientras los escucho, comento a mi adorado acompañante que estaban hablando de nosotros convencidos de que no los enteníamos. Él se dio vuelta y les dijo "yo también entiendo argentino". Santo remedio. No sólo los escuché maldecir entre ellos que fuéramos argentinos y los entendiéramos, sino que inmediatamente se conectaron a sus mp3 y dejaron de hablar. Yo no salía de mi asombro. No recordaba semejante actitud desde mis 10 años. ¿Cómo podía ser que dos hombres y una mujer de 30 años se comportaran de esa manera SÓLO porque nadie a su alrededor entendía lo que decían? Su inmediato silencio me hizo interpretar que sintieron vergüenza. Y eso me pareció un punto rescatable al lado de tanta pudredumbre que sacaron por la boca.
Pasaje desde Alemania a Rep.Checa...40 EU
ResponderEliminarLa Cepita para afrontar el viaje... 10 EU
Revista de turno para leer algo.... 5 EU
Pilotín amarillo para la llovizna... 10 EU
Planificar un escupitajo al asiento delantero, en el trayecto Alemania - Republica Checa y que el de adelante se te dé vuelta con los ojos inyectados de violencia y te diga "Que hasssheeeeeeeee nene!!! Vo querés morir en este preciso inssssstante", no tiene precio.
jajajajajajaja
ResponderEliminarEstropearle el plan al energúmeno, tampoco!!!