domingo, 26 de abril de 2009

tres tristes tomos

No quiero desmenuzar al periodista de esta nota sino al párrafo que escribió y al diario que lo publicó sin que nadie notara que en dos renglones cometió tres faltas de ortografía. Y eso sin considerar como error el paupérrimo despliegue de la redacción.

Tomo I:
De las tareas más ingeniosas que me hicieron hacer en la escuela secundaria se encuentra un cuadernillo en el cual había que señalar cuál de dos frases era la correcta. El ejercicio apuntaba a eliminar errores faltos de criterio en la lengua escrita provocados por la igualdad de sonido en la lengua hablada.
Valgan como ejemplos:

Cuando sea grande voy hacer ingeniero vs. Cuando sea grande voy a ser ingeniero
y
En esa casa tiene que haber un patio con malvones vs. En esa casa tiene que a ver un patio con malvones.

En nuestro idioma tenemos montones de estos casos, entre ellos la preposición a y la tercera persona del singular en el presente del indicativo del verbo haber, o sea ha. Es cierto que suenan igual, pero está bien claro cuándo uno está usando una conjugación de un verbo y cuándo una preposición la cual, aunque no tengamos presente que se trata de una preposición (terminado el secundario difícilmente recordemos cuáles son las preposciones, cuáles los artículos, cuáles los pronombres, y cuáles los etcéteras) bien sabemos que un verbo no es. Bueno... parece que no todos...


Tomo II:
Cuando estaba aprendiendo en el primario los tres tipos de acentuación me ocurrió (y tengo fresquísimo el recuerdo) que, haciendo tarea en mi cama, noté, un poco divertida, que ejercito podía ser tanto esdrújula como grave y como aguda. Claro que en cada caso pasaba a significar una cosa diferente. Mientras que cuando es esdrújula estamos hablando del grupo armado que defiende el país, en las otras dos tenemos conjugaciones diferentes del verbo ejercitar. Por un tiempo me entretuve buscando con qué otras palabras sucedía lo mismo.
Leyendo esto no sólo recordé ese juego infantil sino que agregué critica a esa lista nunca escrita. Y además registré que, una vez más, le faltó a quien escribió el párrafo el criterio necesario para discernir cuál de las dos palabras perfectamente correctas correspondía usar.


Tomo III:
¿Se acuerdan de la época en que nos enseñaban a separar las oraciones en sujeto y predicado y a señalar el verbo, los objetos directos, los objetos indirectos y todas esas partes que conforman las oraciones? No les puedo explicar lo que disfrutaba esos ejercicios. Cuando los hacía, mi escritorio era un despliegue de pinturitas que dejaban mi cuaderno completamente colorido, subrayado y estructurado. Para mí esa tarea era algo así como obtener la matemática de la lengua.
Entre todas las cosas que aprendimos haciendo todas esas rayitas en el colegio primario está la regla (que mencionen su nombre, si lo tiene, quienes lo recuerden) que nos hace corresponder el género de un adejtivo con el del núcleo del sujeto de la frase. En definitiva, si estoy hablando de la crítica, más que decir que fue duro correspondería decir que fue dura, si las ciencias exactas del castellano no me fallan.

Me pregunto cuánto le costará a Clarín tener un grupo de correctores que le evite a sus "comunicadores sociales", y al diario mismo, hacer semejante ridículo.


Ahora sí, lean por ustedes mismos:



8 comentarios:

  1. No son sólo esas tres faltas...
    La redacción es paupérrima, y ni hablar del manejo de los signos de puntuación.

    =)

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  2. Sí sí, Lucas, lamentable el uso de la puntuación. Sin embargo preferí dejarla de lado por dos razones: por un lado porque me falta (o me olvidé) la teoría y no tendría texto para justificar la corrección, y por otro porque, pese a que claramente acá hay un pésimo uso, suele ser algo más subjetivo que la ortografía. La puntuación no es tan matemática y la matemática es mi área (?).
    Saludos.

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  3. Creo que en este y otros posts demostrás algo que los medios periodísticos dominantes van a intentar ocultar con fuerza en los próximos años. Antes podían dominar todo porque el acceso a la información no era algo tan sencillo como lo es ahora con internet. Los medios periodísticos clásicos están en decadencia. Que un periodista no pueda escribir en castellano y que no quieran gastar un peso sus contratistas en verificar sus escritos, nos habla de la calidad que podemos esperar en los tiempos que vienen. Me imagino a la humanidad dividida entre la clase de diestros navegantes de internet y la clase de pasivos consumidores de espectáculos.

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  4. Dennis, qué interesante esto que decís de que los medios van a tener que ocultar la falta de cultura. Creo que un poco ya lo hacen cuando desde sus butacas muestran todas las decadencias de la sociedad y preguntan al aire 'a dónde vamos a ir a parar' como manteniéndose al margen; como si sus pésimas coberturas, informaciones no verificadas, intereses personales/comerciales en lo que muestran y su carencia de lenguaje no los incluyera a ellos también y no contribuyera a la cultura general.

    Saludos

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  5. Júbilo, jubilo y jubiló. Fue la única que se me ocurrió.

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  6. ¡Genial, Sergio! ¡Se viene la lista sábana!
    Pongo otros dos:
    público, publico, publicó
    género, genero, generó

    ¡que sigan!

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  7. última, ultima, ultimá
    próspero, prospero, prosperó
    hábito, habito, habitó
    término, termino, terminó
    lástima, lastima, lastimá
    íntima, intima, intimá
    ánima, anima, animá
    práctica, practica, practicá
    sábana, sabana,... sabaná?

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  8. ¡¡Buenísimo!! Mirá todas las que hay...
    ¿Me creés si te digo que estuve por poner en el comentario anterior la mismísima última línea que pusiste vos?

    ¡Gracias por colaborar!
    Saludos.

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