jueves, 10 de septiembre de 2009

escoba nueva barre mejor

Si no me equivoco, esto fue antes de ayer. En mi visita quincenal al supermercado acabé estupefacta frente a la góndola de limpieza. Así arrancamos. No sé si ustedes pasan con frecuencia por ese sector. A mí me divierte mucho ver qué nuevos productos han salido al mercado y, lo que es más importante, qué argumento eligen los publicistas para convencernos de que eso que su empresa ha desarrollado es justamente lo que estábamos esperando para sacar (¡sin rayar!) esa mancha que nos tenía como locas o para blanquear la ropa con la que nuestros hijos juegan en el barro. Pues bien, ahí me encontraba, revolviendo, husmeando, leyendo las etiquetas, cuando me crucé con algo que me costó horrores comprender. El cartel de venta decía "moderna escoba autoavanzante" (y un precio de tres cifras).

El objeto en cuestión era un manojo de pies, todos ellos calzados con unas suaves y mullidas pantuflas de diversos diseños, amarrados por lo que vendría a ser el extremo superior de la pantorrilla. Empecé a caminar en semicírculos, de puro asombro, sin quitarles la vista de encima. Me acerqué, las toqué, las sacudí. Ninguna reacción. ¿Por qué modernas? ¿Por qué autoavanzantes? ¿Por qué escobas? No pretenderán que barra con esto...

La gente iba y venía sin prestar demasiada atención. Algo que no puedo entender es la falta de curiosidad en tantas personas. Que exista uno que no sea muy curioso, vaya y pase. Pero que ningún otro se detuviera a mirar eso, era imcomprensible. Resultaba evidente que se trataba de un producto tan nuevo como asombroso, por lo tanto su falta de atención no podía deberse a que lo consideraran habitual o rayando lo vulgar.

Un buen rato me quedé rondando la zona con disimulo. Una señora se puso a manosear las bolsas de jabón en polvo que se encontraban en los estantes que me tenían capturada. Manoseo innecesario, para variar. De eso está lleno en los supermercados, y así es como me comporto también yo cuando los visito. El asunto es que de tanto toquetear, girar, seleccionar, uno de los paquetes se enganchó con el borde metálico de la góndola desgarrando su envoltorio y se desató una fiesta de derrame de jabón mientras la mujer, avergonzada, intentaba reacomodarlo para evitar el desparramo. Por su parte los pies, activados por el desorden y la suciedad, pusieron manos a la obra: reproduciendo el automático gesto que realizamos cuando queremos esparcir un pequeño montículo de tierra -ese arrastrar el pie por un recorrido de 45 grados con eje en el talón- cada uno fue desplazando lo que le había quedado en derredor, dejándoselo al pie vecino. Éste, a su vez, se comportó de igual modo, hasta que el polvo fue llegando al pie más extremo y la suciedad fue quedando fuera del alcance de la escoba. Durante cinco minutos, y hasta que no quedó un grano de jabón en su zona, coordinaron sacudidas, arrastradas y desparramos. Satisfechas de haber finalizado su tarea, y en una posición diferente a la que las había descubierto una hora antes, quedaron quietas. A excepción de una de ellas. Como ésta no se encontraba correctamente colgada (¿habré sido yo?), y como algunos de los pies cumplían su función de perseguir la suciedad que, una vez expulsada del lugar original, quedaba en las orillas, siguió avanzando hacia el borde de la estantería, barriendo los restos de jabón que encontraba a su paso. Supe que perseguía el objetivo de dejar brillantes y pulcros todos los pisos del universo. Pero el estante se terminó y la escoba cayó al suelo, quedando horizontalmente batientes por unos segundos los piecitos pantuflados. Con torpeza levanté la escoba y la colgué del gancho, junto a las demás. Ahí noté que ese lugar estaba obsesivamente limpio y lustroso. Imaginé que quedaran así los pisos de mi casa. Tal vez valga la pena la inversión.

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7 comentarios:

  1. ¿Nos está queriendo vender una escoba? Mire que como la Nimbus 2000 de Harry Potter no hay otra eh.
    A mi me gusta ver (y no oler) las fragancias que le ponen a los detergentes o como se llamen para pisos: "amanecer en la montaña" "fragancia del mediodía" "despertar en el campo" "terremoto de olas" "autopista doce de la noche"
    Eso si que es tener imaginación.

    Aclaración: Los nombres de las fragancias son inventados, no los busque en sus comercios amigos.

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  2. ¿¿La Nimbus 2000 deja todo lustroso?? ¿no? Ahhh... ¿vio cómo lo agarré?
    Me encantaron los nombres de los detergentes que pusiste. Ciertamente los nombres de las fragancias son ridiculísimos. Tanto como cuando ponen que en los vinos se nota el olor de las flores del blue berry de los campos vecinos. ¡Pero por favor!

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  3. Shirubana:
    Es cierto.Todo ese periplo que se hace por el supermercado, indagando en productos nuevos que seguramente serán iguales a los anteriores pero uno se entusiasma.
    Mucho tiempo para ese trámite no tengo ya que generalmente entro en el supermercado a mil por hora y al filo del cierre.
    Seguramente me estaré perdiendo las novedades.
    Un gusto pasar por acá.
    Besos
    Lady Baires

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  4. A la tercera botella le aseguro que se siente lo del campo vecino, la estratósfera y la galaxia más cercana jaja.

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  5. donde se consigue una de esas!!! es a prueba de gatos? como se limpian las pantuflas?
    el dia que inventen la aspiradora inteligente y autosuficiente me la compro...sin dudar.
    un beso

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  6. Hola Ana. Supongo que los gatos se volverían locos con la escoba. El de los pies es el típico movimiento que los cautiva (a los gatos) y los lleva a atacar, así que supongo que las pantuflitas quedarían destrozadas.
    Me pareció ver que todas ellas tenían un pequeño cierre o botoncitos. Ahora que lo decís, entiendo que será para que se saquen y se laven.
    Un beso.

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  7. Uy, Lady Baires, se me traspapeló tu mensaje. ¿Así que perdiéndote las novedades del super por visitarlo a mil por hora? Para mí sería una gran pena. Tantas góndolas por recorrer. Tantas cosas nuevas para ver. Cuando no encuentro nada nuevo me voy a uno del barrio chino así veo etiquetas diferentes e incomprensibles.
    Saludos.

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